Maria Martin – La Mona Vestida https://lamonavestida.com Un blog escrito por una mona en pijama. Fri, 29 Oct 2021 21:06:17 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.5 https://lamonavestida.com/wp-content/uploads/2021/09/cropped-cropped-74-sin-título_20210916224926-32x32.png Maria Martin – La Mona Vestida https://lamonavestida.com 32 32 Los límites de la comedia https://lamonavestida.com/2021/10/29/los-limites-de-la-comedia/ https://lamonavestida.com/2021/10/29/los-limites-de-la-comedia/#respond Fri, 29 Oct 2021 21:06:17 +0000 https://lamonavestida.com/?p=286 Los límites de la comedia Leer más »

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 Los límites de la comedia

Primero una breve (breve,) historia de la comedia:

La comedia seguramente ha formado parte de nuestras vidas desde la época de las cavernas, pero muchos historiadores remontan sus orígenes (por lo menos como género literario) a la antigua Grecia…

Como no nacimos en Atenas en el año 480 a.C. y no pudimos disfrutar de los festivales por el culto a Dionisio (el dios griego del vino), tendremos que confiar en Aristóteles, (quien escribió un siglo y medio más tarde sobre este tema), cuando nos dice que la comedia griega se inició en Megara y en Sición, en algún momento del siglo V a.C.
Las representaciones teatrales de este tipo fueron apoyadas por el estado, el cual organizaba festivales para su difusión dos veces al año. En éste periodo la comedia surge como interludio en los sacrificios fúnebres, solemnidades felices para celebrar el luto del invierno y el brillante despertar de la primavera.

Después saltamos unos cuantos siglos en el tiempo para llegar a la edad media (ca. Siglo XV). Con la ayuda del imperio grecorromano, la comedia comenzó a esparcirse por toda la Europa medieval y «el chiste», (unidad minima del humor), pieza corta que presentan tipos populares de la vida cotidiana (el campesino, la mujer, el sacerdote, el noble, etc.) y una situación simple en el trasfondo de la moral tradicional, comienzan a surgir como objeto.
los sotios (representación teatral que aparece entre el XV y XVI), centrados en el «tonto» (una especie de payaso antes de tiempo) y que usan todas las libertades de la sátira, se populariza incluso en la burguesía. Este es el origen del bufón, el irreverente, (el que no hace reverencia), el único personaje que puede faltar el respeto al rey y salirse con la suya.

Después llega la comedia a América con su descubrimiento y damos otro salto en el tiempo (siglo XX) donde se abren paso nuevas formas de comedia como, el musical, el cómic cinematográfico, y nuevas formas teatrales como el Boceto, Stand-up y nuevas formas de improvisación.

(Si quieren saber más sobre la historia de la comedia, les recomiendo éste artículo: https://www.hisour.com/es/comedy-35944/amp/ )

¿Por qué nos reímos y qué es gracioso?

igual que la tragedia, la comedia funge como una forma de catarsis, solo que con risas en lugar de llanto.

La risa es parte de un lenguaje universal de emociones básicas que todos los humanos reconocen. Según el neurocientífico Scott Weems, en su libro «Ja! La ciencia de cuándo reímos y por qué» (2014), propone que «el humor surge de un conflicto interno en el cerebro y forma parte de nuestro proceso de comprensión del mundo.» De forma resumida, lo que sostiene Weems es que «ante un dilema, ante una situación con múltiples resoluciones, el cerebro naturalmente tiende a apostar a la resolución lógica» y, cuando esta expectativa se frustra, lo disfrutamos y nos reímos.

Eso explicaría por qué no funciona de la misma forma un chiste cuyo final ya conocemos. Básicamente, la risa es una respuesta a la sorpresa (aunque la expectativa de algo que ya nos produjo risa alguna vez, también puede causar el mismo efecto).

La realidad es que no sabemos a ciencia cierta que es el humor, lo que sí sabemos es que la risa es una importante herramienta de comunicación, al grado de poder convertirse en una crítica social. El humor nos permite decir lo que está prohibido, señalar la hipocresía o criticar a los que tienen poder, y todo desde del chiste, desde lo inverosímil o lo ridículo.

La risa nos permite comunicar y también nos conecta con los demás. (incluso existen estudios donde se puede determinar si dos personas son amigas o desconocidas por como ríen), pero sobre todo (y más para fines de este artículo), la risa quita o transfiere el poder.

¿Moralmente gracioso?

La moralidad no es estática. Las reglas de que esta bien y queno, van adaptándose a medida que una sociedad va cambiando (o por lo menos deberían). La moralidad no son más que reglas sociales que nos permiten coexistir en sociedad. ¿Puede ser un chiste inmoral? claro, si va en contra de estas reglas establecidas, pero no porque sea inmoral significa que no se deba contar.
Absolutamente todo tiene un lado criticable y ningún tema debería ser intocable.

Como ya establecimos antes, los chistes quitan poder.

Se puede contar un chiste sobre lo que sea, pero depende de cómo y a que se le está quitando ese poder, para que la gente lo acepte como chiste y no como insulto. Por ejemplo, tomemos un tema delicado como lo es la violación. La comediante estadounidense Sarah Silverman tiene un chiste sobre cómo su hermana es casi violada en la universidad después de haber tomado mucho en una fiesta, solo para descubrir que en realidad no iba a ser violada, solo se había cagado en los calzones.

Arriesgándome a estar sobre analizando un chiste sobre caca, lo que hace este chiste funcionar y que la gente no se sienta ofendida, es que Sarah no se está burlando de su hermana exactamente, no le está quitando el poder a una posible víctima de violación, si no que se lo está quitando al miedo que estar en una situación así nos provocaría.

Entonces sí se pueden hacer chistes sobre temas delicados, solo es cuestión de tener el estilo. Para esto hay que definir que es y que no es un chiste, un chiste tiene un set up y un punch line, lo que quiere decir que para llegar a las risas, el chiste debe empezar por preparar el terreno y es por eso que cuando un comediante genera controversia por un decir algo inapropiado es normalmente porque se saca de contexto un pedazo de la rutina y se cuenta solo, ignorando por completo la preparación que tuvo para decir ese remate y que fuera aceptado.

También la gente usa el término chiste para decir algo ofensivo, sin más. Insultar a alguien no es un chiste, ser lo suficientemente ingenioso para decirle a alguien algo ofensivo y que no lo sientan como un insulto, es un chiste…

Nota de la Mona: Éste artículo terminó siendo más largo de lo que pensé. Voy a tener que dividirlo. El próximo viernes estará disponible la segunda parte y tratará de Libertad de expresión, plataformas y separar el arte del artista.

Espero hayan disfrutado de leerlo.
No olviden comentar, ¿qué opinan ustedes? Y si les gusta, compartirlo con sus amigos, si no, con sus enemigos.
Nos leeremos la próxima semana.

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Reseña de la Obra «Más de 45,000». https://lamonavestida.com/2021/10/20/resena-de-la-obra-mas-de-45000/ https://lamonavestida.com/2021/10/20/resena-de-la-obra-mas-de-45000/#respond Thu, 21 Oct 2021 00:16:02 +0000 https://lamonavestida.com/?p=282 Reseña de la Obra «Más de 45,000». Leer más »

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Reseña de la obra «Más de 45,000».

 

Con dos sillas y seis actores (Tatiana del Real, Andrea Méndez, Stefani Izquierdo, Juan Carlos Sáenz, Arturo Sosa y Aldebrán Casasola), esta dramaturgia escrita y dirigida por Aldebrán Casasola, de la mano de la compañía Seguidor de Pléyades, nos sumerge en una historia amarga y penosa, que no solo duele por la excelente interpretación por parte de los actores, si no que es un recordatorio imposible de ignorar, sobre una realidad que muchos sabemos, no está muy lejos de casa.

La trama de Más de 45,000 gira en torno a las redes de tráfico de mujeres con destino en el sur de Asia, EUA y México, una problemática que aunque quizá todos no vivamos, es la vida de muchas, demasiadas, mujeres y niñas en el país. La obra explora el tema desde el punto de vista de ambos protagonistas en la historia, víctima y victimario. A la par que uno busca desesperadamente su libertad, el otro se embarca en un camino de redención, aunque no lo sepa. Esta problemática no se puede simplificar a un cuento de buenos y malos, existen muchos factores para que un ambiente como el de la trata de personas se pueda gestar, y sin ánimos de justificar a nadie, al final todos tenemos libertad y responsabilidad sobre nuestras propias acciones, pero ¿hasta que punto podemos decir que no somos todos víctimas de nuestras circunstancias? Más de 45,000 sabe esto y no tiene miedo en plantearlo.

La importancia de contar historias como la de más de 45,000 es que nos hacen ver que no importa cuántas veces volteamos para otro lado, la violencia no desaparece. Visualizar y aceptar que existe la trata, es el primer paso para hacer algo al respecto. Es demasiado fácil encontrarnos en una situación donde no queremos estar y muchas veces se necesita de más personas para escapar de ella. Concientizar y sensibilizar es lo que logra esta puesta en escena.
En mi opinión personal, la obra cuenta con una gran ejecución tanto de trabajo actoral, como de guión. La manera en que con simbolismos deja entender con mucha sutileza, los momentos más violentos de la historia, es impresionante. El golpe se siente más fuerte cuando ambos actores están a extremos opuestos del escenario. Y la escritura deja que el espectador sea parte de la obra, mostrando solo su esencia y no la acción explícita, para que él pueda llenar los vacíos con su propia imaginación. En conclusión más de 45,000 es una obra muy buena, con una historia importante que contar.

La agrupación representó a México en la XXVI Feria de Artes Escénicas de Donostia, de San Sebastián, España. También ha sido presentada durante cinco años en diferentes recintos de la Ciudad de México, más que nada, dirigida a audiencias jóvenes y adultas. Además, participaron en la Muestra Libre de Teatro, en el marco de la 39° Muestra Nacional de Teatro 2018.
Más de 45,000 estará del 14 al 24 de octubre en el Teatro Sergio Magaña, ubicado en Sor Juana Inés de la Cruz 114, colonia Santa María La Ribera. Si pueden darse un tiempo para ir, no duden en ir a verla, es muy recomendable. Y no olviden usar cubre bocas.

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Llorona, llévame al río. https://lamonavestida.com/2021/10/20/llorona-llevame-al-rio/ https://lamonavestida.com/2021/10/20/llorona-llevame-al-rio/#respond Wed, 20 Oct 2021 22:34:03 +0000 https://lamonavestida.com/?p=279 Llorona, llévame al río. Leer más »

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Llorona, llévame al río

por Paloma Vega Hernández, Dánika Mariscal Paetau y Daniela Serrano Céspedes

 

Ciudad de México. Inicios del siglo XVII. Ciudad hecha en chinampas. La cálida humedad del ambiente envuelve a todos los pobladores con un abrazo familiar que elimina temor e inseguridad y da vida a un nuevo día. Una ciudad que desborda alegría y se inunda como un barco en altamar dentro de una tormenta que en vez de temor trae calma. Una ciudad en donde las casas se funden y se fusionan creando un vínculo entre almas tan fuerte como una muralla. Una familia. En el lago, una chinampa con constante olor a flores recién cortadas. Un aroma que atraviesa toda la ciudad. Y tú, eres responsable de esa agradable esencia. Tu chinampa son las flores que perfuman el lugar. Tú, hermosa mujer de piel morena.

    Se encamina a ti un hombre, un hombre español guapo y gallardo. Se paraliza ante tus humildes y delicados rasgos que lo hacen sentir las alas de las mariposas en el aire aun cuando no están ahí. Tu piel, suave como los pétalos de las flores que decoran la cascada sin fin de tu larga y negra cabellera. Logras hacer que el hombre se confunda y no sepa la diferencia entre esa hermosa vida que traes puesta y la vida que ve enfrente suyo. Hermoso huipil llevabas, llorona. Que la virgen te creí. 

Ves las hojas de los árboles caer y subir. Subir y caer. Ves las flores nacer y morir. Morir y nacer. Ves el sol y la luna bailar una canción interminable. Ves el cielo deshacerse en rayos de oro y sin darte cuenta ya tienes tres hermosos retoños. Esos pedazos de alma que salieron de tu armadura, se transformaron en tu vida.

Las estaciones pasaron y parte de tu jardín con ellas. El mar de paz en el que navegabas se convirtió lentamente en una marejada. Sentiste como lentamente te ahogabas y no podías salir de ese estrecho rincón que todavía se sentía como su abrazo, un rincón que te mantenía respirando. El mismo rincón que era una jaula, que tú misma construiste y le dejaste la llave. Las miradas se clavaban en tu alma como dagas, estando tú, inmersa en esa jaula. La de él cubierta de pieles y joyas y tú, arropada en flores y un huipil. Todos me dicen el negro, llorona. Negro pero cariñoso. 

Un pajarito azul escurridizo se coló entre los barrotes de tu propia cárcel, revelándote así el peor de tus temores y tu única verdad y destino. Ves como un hermoso y gran tigre de bengala tritura la llave de tu cárcel con sus colmillos de oro. Dejándote atrapada en una soledad de flores que lentamente se marchitan, tu fuente de luz se apaga junto con la mirada distante, peligrosa y misteriosa del tigre.  Me quitarán de quererte, llorona pero de olvidarte nunca. 

Ay de mí, llorona, llorona. Llorona llévame al río. Nubes ciernen tus ojos, ni una gota de luz traspasa tu berilo dorado. Estás bajo un encanto, tu ser se mueve al compás del viento, llevando a tus retoños consigo. Estás junto al río. Tus manos se hielan sosteniendo un cuerpo débil y vulnerable, una cara tierna e inocente, un alma a la que juraste proteger toda tu vida, al sumergirla en el agua de plata. Ves la terna nadar cada vez más profundo, ves la luz abandonar su mirada, y burbujas marcando su último suspiro. Al tratar de seguirlas en su camino, te ves reflejada, en ese espejo de plata que se tiñe de un rojo carmesí lleno de culpa y dolor. El que no sabe de amores llorona, no sabe lo que es martirio. 

Abriste tus ojos. Tú, deshecha mujer de piel traslúcida. Tus gritos son la melodía que suena por toda la ciudad. Y tú, eres responsable de ese desagradable estruendo. En el río una solitaria mujer con constante olor a flores del recuerdo. Una leyenda. Unas voces que se funden y se fusionan creando una búsqueda sin cesar. Una historia que necesita de una muralla para contenerla. Una ciudad que desborda terror y se inunda como tú en altamar dentro de una tormenta de tristeza, lamentos y melancolía. La fría neblina del ambiente envuelve a todos los pobladores con un abrazo doloroso que les quita el sueño y la esperanza de ver un nuevo día. Ciudad hecha en llantos. Mitad del siglo XVII. Ciudad de México. 

Ayer lloraba por verte llorona. Hoy lloro porque te vi. Cada noche escucho tu lamento y tu desesperación por encontrar a tus hijos. Cada noche en una calle diferente. Cada noche terminas en el río. Todos esconden los botones de rosas de sus jardines después del toque de queda por miedo a encontrarte. Por miedo a encontrarme. Siempre te ven con tres flores muertas en tu larga cabellera negra, flores que algún día fueron hermosas rosas blancas. Tus flores blancas. Mis rosas blancas. Nadie sabe cuándo querrás reemplazarlas. El terror los envuelve como las estrellas a la noche. Tu lamento parece interminable. Nadie sabe cuándo pararás. Tú no sabes cuándo pararás. Yo no sé cuándo pararás. Yo no sé cuándo pararé. Ay de mí llorona, llorona encuéntrame en el río.

 

@mararte8

Escrito por Paloma Vega Hernández, Dánika Mariscal Paetau y Daniela Serrano Céspedes.

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La mona vestida de seda https://lamonavestida.com/2021/10/13/la-mona-vestida-de-seda/ https://lamonavestida.com/2021/10/13/la-mona-vestida-de-seda/#respond Thu, 14 Oct 2021 00:04:00 +0000 https://lamonavestida.com/?p=226 La mona vestida de seda Leer más »

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«Aunque la mona se vista de seda», mejor conocido como el refrán favorito de tu tía, la que se cree europea porque se pinta el pelo de güero, se usa para expresar la idea de que cada uno es como es, y no se puede ocultar o cambiar con mejoras externas. Popularmente hablando, se usa para criticar a (principalmente) mujeres que nacieron en una clase social baja y que o han logrado algún tipo de movilidad social o visten de cierto modo, poseen ciertas cosas o que simplemente actúan de alguna forma que se considera de un estrato social alto. La abuela de la frase «Se le nota el código postal.» y una clara muestra de la profunda división, no solo económica, si no también ideológica de clases en el país. Si bien me parece ofensivo éste refrán, yo no soy quien para decirle a nadie que decir ni que intenciones tener. Yo solo quiero apropiarme de esta frase por un segundo y darle un nuevo significado a mi gusto:

De los creadores de «La tierra es el centro del universo.» y «Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza.» Ahora llega, «Tú vendrás del chango, pero yo vengo de Adán y Eva.»

Puedo suponer de dónde vienen estos aires de grandeza, el humano ha construido la civilización, ha desarrollado tecnología digna de la imaginación de Julio Verne y de Isaac Asimov. Sin duda somos la especie que más capacidad tiene de transformar su entorno, y hasta dónde sabemos, somos los más conscientes en términos funcionales (podemos ahondar más en esto en algún otro artículo). En realidad el progreso general que hemos logrado desde que salimos de las cuevas (que no fue hace tanto,) es impresionante. Es increíble lo que podemos hacer como colectivo, de eso no hay duda, pero y ¿para qué? ¿Hacia dónde vamos?, ¿de qué nos sirve éste progreso desenfrenado si no tenemos rumbo y si estamos arrasando con todo en el proceso? Está genial lo de expandir nuestro imperio a Marte, no me malentiendan, pero ¿no deberíamos primero optimizar los sistemas de producción y distribución de alimentos?

Nos jactamos de ser tan listos y no logramos un equilibrio con nuestro propio sustento. Y la cosa no va de tirarnos al piso y flagelarnos, es de simplemente cuestionarnos nuestros propios comportamientos. Porque de la misma manera que un elefante se postra en un terreno lleno de restos de su especie para morir, tu abuela prende una veladora para pedir por sus enfermos.

Es casi mágica la manera en que experimentamos el mundo y la vida, creo que vale la pena prestarle atención.

La mona se queda mona, sin importar la ropa que use, que maneje un carro o que construya edificios, la mona se queda mona, porque mona es lo que es y eso no tiene porque significar que no posee potencial para transformarse, ni de que tiene justificación para dejarse llevar por sus impulsos todo el tiempo. Ser mona no tiene porque demeritar a nadie, solo pone en contexto nuestra posición en el entorno y nos permite cuestionarlo así como a nosotros mismos, al mismo tiempo que formamos parte de él. desde un punto de vista más centrado, no desde un complejo de Dios, el cual puede disponer de todo. Porque la mona es mona y no tiene que saber todo, pero sí puede hacer preguntas.

Antes que nada, muchas gracias por leerme y espero que hayan disfrutado de éste primer artículo de La mona vestida, voy a partir de la suposición de que hay alguien a parte de mi familia que está leyendo esto. Si no hay, hola mamá, gracias por leerme.

Dejando de lado el hecho de que estoy llegando tarde a esto de los blogs, para ser bueno en algo hay que ser malo muchas veces y más vale que empiece a ser mala de una vez. Les prometo que los siguientes artículos mejoraran con el tiempo…

Espero disfruten de leerlos tanto como yo de escribirlos.
No olviden comentar, ¿qué opinan ustedes? Y si les gusta, compartirlo con sus amigos, si no, con sus enemigos.
Nos leeremos la próxima semana.

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El vuelo de las golondrinas, por Maitané Bessonart. https://lamonavestida.com/2021/10/13/el-vuelo-de-las-golondrinas-por-maitane-bessonart/ https://lamonavestida.com/2021/10/13/el-vuelo-de-las-golondrinas-por-maitane-bessonart/#respond Wed, 13 Oct 2021 20:06:20 +0000 https://lamonavestida.com/?p=219 El vuelo de las golondrinas, por Maitané Bessonart. Leer más »

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El vuelo de las golondrinas

 

Volvían las golondrinas, y con ellas, la agradable brisa de calor que indicaba el inicio del verano. Los veranos con él, parecían volar en un abrir y cerrar de ojos.

Recuerdo las mañanas, en aquella casita donde solía pasar mis veranos de pequeño, sentados en esas sillas de madera vieja, jugando cartas o leyendo alguno de los tantos libros que guardaba el abuelo.

Pero entre todos, siempre había uno que era el más frecuente, “el vuelo de las golondrinas”. A él le encantaba ese cuento, yo recordaba la historia de principio a fin, pero él sabía exactamente como cautivarme cada vez que la leía.

Él decía, que las golondrinas eran aves migratorias, que viajaban según las estaciones, buscando un lugar donde se sintieran cómodas, pero que siempre, sin importar que, volvían a su lugar de origen, donde anidaban y tenían a sus crías.

Nos encantaba esperar a las golondrinas arribar en bandadas y ver como entre ellas se reencontraban al pisar tierra, luego de recorrer el continente entero, solo para volver a su paraje.

En ocasiones visitábamos el bosque junto al arroyo, y jugábamos entre los ombúes viejos y panzones, mientras escuchábamos con atención las voces de los duendes y las hadas que jugaban al compás de las aves.

Pasábamos horas charlando, mientras yo le decía mis ocurrencias de niño y él me contaba de sus andanzas y sus historias de viajes. Recuerdo sus largas pausas para recordar cada anécdota con lujo de detalles.

Por la tarde, después de su siesta, solíamos preparar café y un pan para merendar, y aunque mamá nunca me dejaba, él a veces me compraba galletitas con la señora Frida.

Disfrutábamos de hacernos compañía y estar juntos, aunque ninguno emitiera palabra alguna.

Salíamos a recorrer el lugar por largas horas, recogiendo piñas o semillas de eucalipto que encontrábamos por el camino.

Con el tiempo, recoger esas piñas perdía su encanto para mí, mientras que a él se le hacía prácticamente imposible levantarlas.

La última vez que lo vi sentado en el jardín, lucía una mata de largas canas y aquellos anteojos con los que parecía ver el futuro. Me senté a su lado y apoyé mi cabeza suavemente sobre su hombro. Se sentía tan pequeño y frágil que las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos como un par de ríos. Él alborotó mi cabello con una ternura que solo un hombre que ha vivido una vida entera puede y me dijo en voz baja sin quitar sus ojos de los árboles “Cuando deje este cuerpo podré volar”.

Después de ese verano, aquellas palabras revoloteaban en mi cabeza, hasta que finalmente comprendí, que aquel hombre había sido prestado y que el viento, siempre había sido su dueño.

Y hoy, a la distancia, solo espero la llegada del verano, para volver a aquel lugar, como “el vuelo de las golondrinas”, donde sé, que él siempre estará esperándome.

ilustración de Boston public library

Escrito por Maitané Bessonart Arbeleche.

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